Gilda Manso
Te asustó mi condición tricéfala, lo noté en tu expresión; creyéndote el cuento, sacaste la espada de la piedra y de un tajo limpio y experto me despojaste de una cabeza. Te preparaste para degollar la segunda y te sentiste perdido al ver que del hueco primero me crecían tres cabezas más. No hace falta ser un matemático para entender que no te convenía insistir en tu manía segadora....