Sergio Gaut vel Hartman
El día que ganamos el Mundial de Brasil 2014 coincidió con la llegada de los extraterrestres. Las grandes naves plateadas quedaron suspendidas sobre el Maracaná en el momento en que Messi levantaba la copa, amenazando con opacar el festejo. No obstante, el ingenio de Lío pudo más. Haciendo gala de la precisión que lo caracteriza, arrojó el balón al aire y con una certera volea le acertó al panel de comando del sistema antigravitatorio de la flota. Las naves planearon sobre los morros y cayeron al mar en la bahía de Guanabara. La historia se había repetido… con una leve variante.