Eduardo Vardé
Dos golpes en la canaleta y la piedrita cae cerquita del borde. El tipo da un saltito desde la tierra. Sus zapatos apenas entran en el cuadrado. Oye sonidos extraños. Luego salta al 2 y al 3. El piso se tuerce, él sigue: 4, 5, 6. Le temblequea todo, hasta el pantalón de vestir. De su cara se arrojan gotas de transpiración. 7, el suelo se levanta más. 8, 9, se le vencen las rodillas. La rayuela vertical, una boca tétrica aparece bajo el piso. Él resbala, se agarra del borde. El saco zafa y se desploma en las profundidades, abajo hay fuego y brea. Él estira la mano, sonríe pícaro… cielo.