En casa de herrero

Amarilla, Jose Angel

En casa de Don Martín Fierro -herrero de Transilvania- todo era metálico, ¡hasta la música!. Pero todo cambio el día que el Conde Drácula empezó a hacer de las suyas. Así fue que don Martín construyó por primera vez algo de madera: una estaca. ¡Y lo bien que hizo! Fue lo que lo salvó del Conde Ciego, cuando se transformó en Murciélago. Al ver la estaca el Conde exclamó sorprendido: “¡En casa de Herrero cuchillo de palo!”. “En boca cerrada no entran moscas”, le respondió el herrero a la vez que clavaba en su corazón la estaca con forma de cuchillo. “¡jajajaj! Ojos que no ven corazón que no siente”. Se río burlón el Conde antes de morir.

La fuerza de lo irreal

Villanueva, Cristina

Tenés pajaritos en la cabeza, le decían.
Algunas veces los pájaros bajaban hasta su pecho y aunque no eran visibles, le dejaban una suavidad de plumas en el alma.

Interés leonino

Dolengiewich, Leonardo

En su primer día al frente del Ministerio de Educación, el Tuerto López se sienta frente a su escritorio, cierra su ojo y hace un repaso mental de su carrera laboral. Se detiene especialmente en su primer año de docencia en escuelas primarias, en sus alumnos de aquel momento, en la afición de estos últimos por las hondas, en la puntería que tuvo uno de ellos para atinarle al rostro del docente inexperto. Cuando concluye el racconto, abre el ojo, enciende su computadora y redacta la Ordenanza 35, que impone para todas las escuelas de la provincia la cría obligatoria de cuervos.

Al que no tiene dientes

Dolengiewich, Leonardo

En los inicios de los tiempos, el reparto alimenticio se hacía de manera justa, teniendo en cuenta las necesidades de cada uno. Y el mundo era aburridísimo. Pero un día, el Panadero se cansó de tanta perfección y decidió divertirse. Entonces, fue con su canasta y tocó la única puerta a la que nunca se había acercado.

El buey solo bien se lame

Dolengiewich, Leonardo

Fue por fin el hedonismo y no -como muchos creen- la moda de su carne en los restaurantes gourmet lo que determinó la extinción de aquella especie otrora tan prolífica.

En la casa del herrero

Dolengiewich, Leonardo

Los cuchillos no eran de palo pero sí de plástico, de cotillón. Y no por dar la contra ni por seguir al pie de la letra el refrán, sino por la manía de uno de los niños, que ya había destripado un sapo, dos perros y a una tía abuela que había ido de visita.

A Dios rogando…

Moreno Sanz, David

Las nuevas campanas de la iglesia repican con más fuerza que sus predecesoras. En la mesa los platos siguen vacíos.

Tanto va el cántaro a la fuente, que se rompe…

Lilix

El vaso cristal era el centro de las discusiones familiares, todos exigían sus derechos, la abuela los miraba preocupada. El vaso además de belleza tenía una historia y a nadie le importaba acepto a ella. Lo intento todo para lograr la armonía, solo obtuvo fracasos.
Llamo a una reunión familiar, tomo el vaso y lo estrello contra el piso junto los pedazos y los repartió, luego se acomodo en su sillón preferido, prendió la tevé, el documental sobre buitres no le pareció tan lejano.

Función

Sánchez, Claudia

Aceptó hacer de muñeco porque pagaban bien las dos horas de trabajo. Era una función de teatro para niños. Poca exigencia, además. Pero esa tarde al subir al escenario, había algo en el ambiente que lo inquietaba, aunque no sabía bien qué. Todo parecía en orden, hasta que vio a los niños mirando absortos el techo de la tarima. Allí estaba un hada de vestido y alas blancas. Pensó que los niños, inocentes, se asombraban al creer que el hada realmente podía volar. Pero cuando quiso decir sus líneas no pudo abrir la boca ni moverse. Estaba convirtiéndose en madera. El hada le susurró: “Tengo que asegurarme de que los niños sigan creyendo en mí y ellos necesitan ver para creer: hoy realmente serás tu personaje”.

Ambición

Sánchez, Claudia

Cuando Maia despertó en la cama del director del ballet, sola y convertida en una araña, entendió que la red que había tejido para ser elegida primera bailarina acababa de romperse por lo más delgado del hilo: exactamente el lugar donde estaba.