Amarilla, Jose Angel
En casa de Don Martín Fierro -herrero de Transilvania- todo era metálico, ¡hasta la música!. Pero todo cambio el día que el Conde Drácula empezó a hacer de las suyas. Así fue que don Martín construyó por primera vez algo de madera: una estaca. ¡Y lo bien que hizo! Fue lo que lo salvó del Conde Ciego, cuando se transformó en Murciélago. Al ver la estaca el Conde exclamó sorprendido: “¡En casa de Herrero cuchillo de palo!”. “En boca cerrada no entran moscas”, le respondió el herrero a la vez que clavaba en su corazón la estaca con forma de cuchillo. “¡jajajaj! Ojos que no ven corazón que no siente”. Se río burlón el Conde antes de morir.