Vazzano, Daniel
- ¿Cómo anda Don Inodoro? ¿Estuvo en la Tomatina en Valencia?
- No, me agarraron a tomatazos en el pueblo por un malentendido.
- ¿Y quién entendió mal?
- Yo, pasa que yeve a mi ahijada la Lucrecia al concurso pa Reina del Tomate Maduro.
- Pero esa chica no es muy linda.
- Y bueno no la quería desilusionar.
- Eso lo entiendo, lo que no entiendo es lo de los tomatazos.
- Vea Mendieta, el palco estaba hecho con cajones yenos de tomate, los escritorios del jurao también eran cajones, había tomates pa donde mire, y mi compadre el Indalecio, el papá de la gurisa, me dijo: Yo creo que pa que gane la Lucre vas a tener que tocar al jurao.
- ¡No me diga que anduvo coimiando!!!
- Ojalá hubiese entendido eso, pero no yo agarre pal lao de los tomates y me mande pa tras del jurao y le metí mano a la mujer del Intendente.
- Justo a la primera dama.
- Y si, fue la primera que encontré en el jurao. Y ahí se armó el revoleo.
- ¿Lo vio el Intendente?
- No, ¡pior!! Me vio la Eulogia. El primer tomatazo me dio en la jeta, el segundo lo esquivé y le pegó al Cura, los cajones siguientes fueron repartidos pa todos laos democráticamente, nadie se salvó. Quedamos todos coloraus como baragueta de ladriyero.
- ¿Se suspendió el concurso?
- No, cuando se acabaron los tomates se eligió la Reina del Tomate Maduro.
- ¡No me diga que gano la Lucrecia!!
- No, perdió en primera ronda. Le dijeron que era muy inmadura.