Baldessari, Adriana
Todas las noches el Oso Bono se sienta en su sillita amarilla, empuña la guitarra e interpreta canciones nacidas en el corazón del bosque. Canta con tanto sentimiento que todos los personajes de los libros de su biblioteca, Popeye, las Tortugas Ninja, el Ratón Pérez, el Conejo de Alicia, se escapan de las páginas para escucharlo.
Una madrugada, tras un emocionante recital, Maneki Neko, el Gatito de la Buena Suerte, lo saludo con su brazo en alto y al otro día Bono consiguió un contrato en una discográfica multinacional.